Arquería

foto-para-aqueriaEl Tiro con Arco es un camino con múltiples senderos. Es una actividad, a la vez que una herramienta. Es un punto de encuentro, con el elemento, con uno mismo, con otros.

El punto de partida de la práctica es la postura. Alinear, atender, coordinar y sentir nuestro cuerpo, son los actos y parámetros que requieren y definen la ejecución del tiro. Entender la acción ósea y muscular del tiro con arco, a priori desde el “pensar”, para luego vivirlo desde el “sentir”, conlleva un conocimiento o reconocimiento del esquema corporal, es decir una toma de conciencia de nuestra corporeidad.

Esta base de trabajo facilita el autoconocimiento del cuerpo desde un lugar primordialmente explorativo, pero aún más, desde un lugar prescriptivo. Es decir, en el esfuerzo de alinear el cuerpo para tirar, se toma noción de una postura ideal a la que se debe alcanzar, que inmediatamente contrasta con nuestra postura habitual o cotidiana.

La postura del cuerpo comienza a descomponerse en huesos, músculos, direccionalidad e intención. Ya no es más “me paro como me viene en gana” o como estoy acostumbrado (con todo el bagaje emocional que esto acarrea), sino, que ahora me debo conectar y alinear de tal manera y con un objetivo preciso.

Empezamos a tomar conciencia de nosotros mismos. Y recién en este punto comienza el camino, luego…practica…practica…practica…así, poco a poco, vamos sintiendo el tiro en lugar de pensarlo. La construcción física y mental inicial da paso a un tiro desde un lugar mas profundo, percibido por nuestras “sensaciones” corporales, por nuestra sensibilidad consciente y presente.

La arquería es una experiencia de vida… un camino.